jueves, 20 de octubre de 2011

Paranoia Agent


Un buen día (creo) me puse a leer una revista y me encuentro con que nombraban a “5 Centímetros por Segundo” como una de las mejores películas de la década, de eso no cabe duda. En la lista figuraba una película titulada “Paprika”…y el resto es historia. La admiración hacia Satoshi Kon no hizo más que crecer a medida que consumía sus películas. Pero faltaba algo, una particularidad de este señor de colita en el pelo, y esto era su única serie televisiva: Paranoia Agent. El título huele a Kon. Solo 13 capítulos.
A historia nos sitúa en la actualidad, donde una chica es atacada por un chico armado con un bate de aluminio dorado, con rollers al tono y una gorra. Este punto de partida tan simple es la primera ficha dominó en caer. A partir de ese, otros hechos se comienzan a suceder aparentemente obra de este muchachito que le da sin asco al bate. Cada capítulo presenta un caso nuevo con la consecuente correteada de los detectives, tan desconcertados como el espectador. Esto se acentúa por la presencia de episodios que estéticamente se alejan por completo a lo que veníamos viendo, tanto en narrativa, animación, colores, todo.
La magia de Kon se hace presente en cada capítulo y nos deja regulando tratando de entender qué es realidad y qué no, y si no es real, qué es. En muchos casos nos remonta a lo que vimos en sus películas y hasta parece que se roba a sí mismo, pero si se plagía (se escribe así?) a sí mismo para hacer algo de tanta calidad, que **** me importa!  La historia es simple, pero la manera de llevarla, metiéndose en temas oscuros como la pedofilia en cada capítulo logra atraparte terriblemente. No es una cosa lineal, para nada. No es liviana, para nada.
En resumen podría decir que es una obra interactiva, ya que si uno no la mira con atención, no la escucha con atención, no la siente con atención, queda inconclusa. Es difícil reseñar una obra corta sin destruir el placer de descubrirla. Paranoia Agent es esa chica de espaldas en una fiesta , de la que ves su suave cabellera y la silueta semioculta por el vestido blanco. Querés más? Eso depende de vos, este texto pretende ser un empujoncito. 

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