sábado, 7 de mayo de 2011

Tokio Magnitud 8.0

Para ser sincero esta serie llego a mis manos más por curiosidad e impulso que por otra cosa. Nunca leí una sinopsis hasta que tuve el DVD en mano. Cuando uno se enfrenta a historias ambientas en medio de un cataclismo tiene el clásico prejuicio de que va a ver caos, destrucción, generalmente se espera una historia mas visual donde los protagonistas de turno tienen que sobrevivir. La trama normalmente es predecible y la obra se basa en disfrutar el camino por decirlo de algún modo.
Si le gusta el tipo de tramas que les mencioné, no vean esto. Esto se trata de amor, de compañerismo, de humanidad, sumergida en el caos de un Tokio demolido, cierto pero sin que esto importe mucho. Lo que me paso con este animé fue que tuve que verlo de una manera distinta a lo que estaba acostumbrado. Personalmente trato, no siempre con éxito, de correrle carrera al desarrollo de la trama. Si ves esto de esa forma se arruina por completo, no debe ser pensada ni razonada, simplemente se debe sentir. Si uno tiene la capacidad de dejarse atrapar por la historia, créanme que van a disfrutar mucho más.
En lo que respecta a la historia en sí, se ubica en el Japón actual y se enfoca en la situación que deben sobrepasar los hermanos Onozawa. Por un lado Mirai, la mayor, típica adolescente renegada para la que todo esta mal, nada le conforma y por si fuera poco tiene una curiosa cuota de mala suerte; y por otro lado está Yuuki, un chico con esa frescura e inocencia clásica de la niñez. Ambos viajan solos a Odaiba donde se ven inmersos en el caos de una ciudad luego de recibir un azote de la tierra de 8 puntos en la escala Richter. Por casualidad se encuentran con Mary, una mujer joven que los ayuda desde el principio y con quien prometen volver juntos a casa donde a ella le esperaba su hija y su madre. Lo que sigue es una historia que nos demuestra que no hace falta mostrar una ciudad en llamas y edificios cayendo para contar una historia sobre un terremoto. Todo eso que normalmente es primera plana acá oficia de fondo o ambientación. Nos encontramos con historias tristes, de gente que pierde todo pero levanta la mano para ayudar. Desfilan todo tipo de personas que demuestran lo poco o muy humano que puede ser alguien.
Como si quisieran centrar la atención más aún en la historia personal de los personajes, los mismos está diseñados de un modo muy simple, muy limpios y de gestos fluidos con colores macizos, como diciéndonos que la estética es un accesorio nada mas. Los fondos son la contraparte con trabajos geniales que dan un marco perfecto para cada ocasión sin lograr que desviemos la atención.
Es difícil criticar algo que esta tan bien armado, narrado y por sobre todo cerrado. No se si es lo que se dice que termina como tiene que terminar pero creo que es final es correcto. Y como consejo final les recuerdo que así como ciertos animés y películas pierden la gracia al no prestarle atención a la trama y no pensarlas en este caso solo deben dejarse llevar por la corriente y dejarse sorprender, no se quiten ese placer de emocionarse, porque quien dice que no lo emociona ésto es porque la pensó demasiado o porque no le gusta admitirlo. Me saco el sombrero (aunque solamente tengo un gorro de lana naranja).

jueves, 5 de mayo de 2011

Freedom

Siempre a horarios normales viendo anime, esta vez son las 3:19am. Acabo de devolver a su caja el DVD de Freedom, una serie del aclamadísimo Katsuhiro “Akira” Otomo. Esta tanda de seis capítulos y un ova final de 48 minutos nos trae una historia a lo Otomo, con un fiel reflejo de las sociedades y sus diferencias y como por preservar el bienestar de un grupo se puede llegar a hacer desaparecer a los factores molestos.
Eden es una ciudad en la superficie del lado oscuro de La Luna donde viven más de tres millones de personas. Todo como resultado de una catástrofe que dejo la Tierra prácticamente inhabitable, razón por la cual el equipamiento que se había desarrollado para colonizar Marte se tuvo que emplear antes de tiempo. La población vive bajo un estricto régimen donde todo está controlado, a nadie le falta trabajo ni ninguna comodidad, a excepción de la libertad. Con más de 100 años así, la sociedad lo toma como algo normal.
Takeru, Kazuma y Bismark son tres amigos que se dedican a hacer lo que les da ganas, lo cual no está permitido en Eden, por supuesto. Esto los lleva a tener que realizar trabajo “voluntario”. En una de sus rondas de mantenimiento por la superficie lunar, Takeru encuentra una foto de una chica con un grupo de chicos con un mensaje  que reza: ”En la Tierra estamos bien. Hay alguien allá afuera?”. Después de consultarlo con un viejo, les dice que debe venir del planeta azul. Junto con Kazuma, Takeru se afana un vehículo de exploración y salen a ver la Tierra. Por la respuesta de la Administración de Eden se dan cuenta que saben algo que no deberían.
Con la ayuda de Alan, el viejo que les dio una mano, se colan en una nave de evacuación con destino a nuestro astro natal. Sin embargo solo Takeru y Bismark viajan ya que la acción policial le impide a Kazuma abordar. La promesa del reencuentro queda grabada a fuego en los jóvenes.
Al llegar se encuentran con un planeta devastado y en ruinas, pero habitado por humanos felices y, lo más importante, libres. Algo que increíblemente los altos mandos en la luna quieren esconder a toda costa.
Otomo nos deja otra historia de dilemas sociales. Para tomar una referencia es una trama de fondo muy parecida a la de Ergo Proxy en el sentido de la manutención de una sociedad utópica a la fuerza. También me hizo acordar a Tengen Toppa Gurren Lagann, pero muy vagamente.
Una curiosidad es el método de animación, totalmente en 2D muy similar al utilizado en el juego Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi 3 de PS2.
Después de verlo de una sola pasada, voy a guardar la caja en la estantería, pero lo voy a dejar a mano.

Black Lagoon

Siendo las 3:47a.m. termino de ver los veinticuatro episodios de Black Lagoon. Cuando lo tanteé, de buenas a primeras me doy cuenta de cómo cambian los tiempos…donde antes teníamos a un Alucard o Dante, ahora tenemos a Revy, una pistolera pulposa que siempre anda liviana de ropas. No es cosa de los últimos tiempos, basta recordar a Ghost in The Shell para darse cuenta, pero ahora es más marcado y abundante.
La historia, bueno, realmente se observa una evolución en temas de fondo, relaciones y demás pero fundamentalmente son historias que se resuelven en 2 o 3 capítulos con personajes centrales que después pueden desaparecer como si nada hubiera pasado, aportando cada una lo suyo, pero nada más. No sé si clasificarlo como Shonen o directamente Seinen, aunque con la violencia que ronda los animes hoy, creo que un Shonen con reservas es la mejor descripción.
Nuestra atención estará colocada sobre los movimientos de la Compañía Lagoon, un grupo que se encarga de hacer mandados para la mafia con base en la ciudad de Roa Napra, ubicada en China y donde se junta lo mejor de lo mejor del bajo mundo. La compañía es liderada por Dutch, un morocho grandote que negocia y toma las decisiones; Benny, que se encarga de las comunicaciones y la logística, la ya nombrada Revy y el japonés último en sumarse, por falta de opción mejor: Rock, quien se ve envuelto en un encargo de los Lagoon y su empresa lo da por muerto. Del resto se sabe que son fujitivos sin pasado, nada más.
El Staff está lleno de gente interesante: habilidosos asesinos (entre ellos una monja),  experimentados ex militares e incluso las mismísimas Triadas chinas tienen su párrafo. La animación es correcta, no sobresale en nada, pero lo que sobresale es la banda de sonido.
Siendo un desarrollo a base de situaciones independientes, el mayor atractivo está en ver la evolución de los personajes a partir de la inclusión de Rock. La más afectada es Revy, que es más un perro de caza que una persona. Solo sabemos que es americana. Ella considera que ser fugitivos es como estar muertos así que la “vida” tiene poco valor para ella. Sin embargo la llegada de este japonesito le dará una pequeña curvatura a su línea de pensamiento.
No es un material fundamental en la vida de nadie pero tiene lo suyo, y la evolución y descripción de los personajes son algunos de esos ítems, además la estructura nos permite cortar tranquilamente al término de cada “saga”. Una nota: si bien se presenta como dos temporadas, la verdad es que el corte a los 12 capítulos es más una parada en boxes que otra cosa ya que incluso la numeración continua como si nada hubiera pasado.