lunes, 18 de abril de 2011

5 centímetros por segundo

Me crucé hace un tiempo con una película titulada 5 Centímetros Por Segundo. La misma consta de tres historias cortas o capítulos como los denomina el mismo film que conforman una historia simple, humana y delicada. Este es un caso en el que el eslogan sintetiza mejor que nada el contenido: UNA CADENA DE HISTORIAS CORTAS ACERCA DE LA DISTANCIA.

Estos tres capítulos rescatan, de manera cronológica, las vivencias de dos amigos de la infancia con un cariño que devino en algo más y son separados por algo tan simple e inalterable como la distancia. Nos muestra como se puede sufrir por querer a alguien y como a veces olvidamos a alguien pero no la dejamos de querer, llevando esto a una profunda soledad. Toda la historia se fundamenta en como a veces cuando todo parece perfecto un revés del destino nos deja sin nada sin necesidad de ser algo trágico, incluso por el recibimiento de una buena noticia como un mejor trabajo que augure un mejor pasar financiero a costa de perder todo lo que uno sueña.
Mucho no se puede hablar de una película de poco más de una hora sin estropear la posibilidad de sorprenderse con los acontecimientos.
El despliegue técnico es genial en lo que respecta al montaje de las escenas. Los fondos son un placer visual, que jamás desentonan e incluso potencian el sentimiento de la escena. La banda sonora y su utilización están finamente dosificadas y elegidas. Con música cuando corresponde y silencio cuando es necesario. Podría decir que el diseño visual de personajes es un tanto pobre por ser estos para nada originales llegando al punto de confundirse con los transeúntes. Dese mi percepción esto me parece un punto fuerte ya que me da a entender que ellos no son especiales para nada, son personas absolutamente normales y dejan pensar que los que le caminan al lado pueden pasar por lo mismo y sufrir por cosas simples.
No creo que se convierta en un clásico. Creo más bien que es de esas producciones que nos ponen a prueba para ver si aún nos podemos emocionar con un anime simple, directo y humano. Humedecí la manga de la remera con Kimi Ga Nozomu Eien y Tokio Magnitud 8.0, pero no con este film. Quizá porque en sí no lo considero trágico, es triste pero no trágico. En un mundo lleno de material comercial donde lo que importa es tener el mazo más grande que el del oponente o la tasa de bombachas/segundo, mientras estas pequeñas obras nos humedezcan las pupilas podemos estar satisfechos de no haber perdido la capacidad de emocionarnos con cosas simples. 

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